Exposición «El ocaso del centauro»
Pancho Villa a 100 años, memorias de Gustavo Casasola
¿Cuándo?
Del 17 de julio al 3 de septiembre, 2023.
¿Dónde?
Galería Gandhi, rejas del Bosque de Chapultepec.
Cómo llegar >>>
Un especial agradecimiento a nuestros patrocinadores
Exposición virtual

Francisco Villa: El Centauro del Norte
5 de junio de 1878 – 20 de julio de 1923
Francisco Villa nació como José Doroteo Arango y Arámbula en el rancho La Coyotada, en el municipio de San Juan del Río, Durango. Con el tiempo, Pancho Villa se convirtió en una de las figuras más emblemáticas de la Revolución Mexicana por su personalidad, carisma, habilidades militares, lealtad y entrega para defender a los desfavorecidos.»

Francisco Villa y Gerald Brandon: El encuentro antes de la reunión de los líderes.
En 1911, el periodista norteamericano Gerald Brandon se dirigió a la reunión de los líderes del Ejército Libertador Revolucionario para entrevistar a Francisco I. Madero. Días antes pasó por el campamento de Villa, quien le demostró estar familiarizado con su trabajo, le mostró su campamento y le dio una nueva montura para ayudarle en su camino a la Casa de Adobe.

El inicio de la Revolución Mexicana: El Palacio Nacional de la Revolución
En mayo de 1911, en una sencilla casa de adobe, ubicada en la frontera entre México y Estados Unidos, muy cerca de Ciudad Juárez, Chihuahua, se reunieron los líderes del Ejército Libertador Revolucionario, encabezado por Francisco I. Madero. Entre estos líderes revolucionarios destacan Venustiano Carranza, Francisco Vázquez, Gómez, Francisco I. Madero, Abraham González, José María Maytorena, Alberto Fuentes y Pascual Orozco (sentados de izquierda a derecha), así como Francisco Villa, Gustavo A. Madero, Francisco Madero padre, Giuseppe Garibaldi y Federico González Garza (de pie, de izquierda a derecha).



“Triunfó la Revolución”: el primer retiro de Francisco Villa
Después del triunfo de la Revolución, Francisco I. Madero pidió el licenciamiento de Francisco Villa y sus hombres. Así fue como el caudillo se retiró a la vida privada. Durante ese tiempo, Pancho Villa se casó con su novia Luz Corral y abrió cuatro carnicerías con sus hermanos.


General Brigadier honorario: Francisco Villa y el repliegue en Parral
El 24 de marzo de 1912, Francisco Villa defendió el gobierno del presidente Madero y entró a la ciudad de Parral, donde capturó al general orozquista José de la Luz Soto, por lo que Villa fue ascendido a General Brigadier honorario del Ejército Federal maderista.

La batalla de Conejos: la tragedia de la locomotora
Después de la batalla de Parral, el Ejército Federal de Madero y los villistas se enfrentaron contra los orozquistas en la estación de Conejos, el 24 de marzo de 1912. Esta batalla fue un triunfo para los orozquistas, quienes estallaron una locomotora llena de explosivos cerca del Ejército Federal maderista.

Villa y Huerta juntos por primera vez: la batalla de Rellano
El 22 de mayo de 1912, el Ejército Federal del presidente Madero y los leales villistas, comandados por el general Victoriano Huerta, vencieron a los orozquistas en la batalla de Rellano. En la fotografía se observa a Pancho Villa a caballo informando de lo sucedido al general Victoriano Huerta.

Francisco Villa: sólo un bandido para Victoriano Huerta
Para Victoriano Huerta, Francisco Villa no era más que un bandido, y los villistas no estaban a la altura del Ejército Federal, por lo que, después de la batalla de Rellano, el Ejército Federal acusó a Tomás Urbina y a los villistas de robar una hacienda, por lo que Huerta ordenó fusilarlos. Frente a esto, Villa defendió a su tropa y amenazó con abandonar la División del Norte al mando del general Huerta.

Francisco Villa: en el paredón por insubordinación
El 4 de junio de 1912, el general Victoriano Huerta acusó de insubordinación a Pancho Villa y ordenó al coronel Rubio Navarrete rodear el cuartel general de los villistas y fusilar a Villa. Sin embargo, Rubio Navarrete y Emilio Madero intervinieron a tiempo para impedir el fusilamiento, ya que no había pruebas de la rebelión ni del robo.

Francisco Villa: arrestado por faltas graves a la División del Norte
Francisco Villa se salvó del paredón, pero fue arrestado y trasladado a la Ciudad de México, donde fue encarcelado en la prisión de Lecumberri el 7 de junio de 1912. Un mes después, Villa fue trasladado a la cárcel de Santiago Tlatelolco, de la que escapó el 26 de diciembre de ese mismo año con la ayuda de Carlos Juregui, quien trabajaba en el tribunal militar.

El hombre por el que Villa se hizo militante: Abraham González
Abraham González, líder del Club Antirreeleccionista en Chihuahua, convenció a Francisco Villa de unirse a la revolución maderista y lo ayudó a reunir hombres y armas. González fue asesinado a traición en 1913 por oponerse al gobierno de Victoriano Huerta. Cuando Villa retomó el control de Chihuahua ordenó honrar a Abraham González con pompas fúnebres que él mismo encabezó.

Villa, General Brigadier: el inicio de su relación con Carranza
Después de la Decena Trágica de 1913, Venustiano Carranza desconoció al gobierno de Victoriano Huerta y le otorgó a Francisco Villa el grado de General Brigadier de la División del Norte para unir sus tropas en contra del gobierno huertista.


Villa y la prensa norteamericana: La intervención yanqui
En 1914, el gobierno de Estados Unidos intervino en los asuntos políticos de México asentándose en Veracruz. En ese contexto, Villa declaró a la prensa norteamericana que “El pueblo mexicano deseaba conservar la amistad con el Gobierno de Washington”. Estas declaraciones disgustaron al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza.

Rompimiento con Carranza. ¡Vámonos con Pancho Villa!
Pánfilo Natera fue vencido al intentar tomar Zacatecas, por lo que Carranza le ordenó a Pancho Villa enviar cinco mil hombres como refuerzo.
El rompimiento entre Villa y Carranza se dio cuando Villa ofreció avanzar con toda la División del Norte hacia Zacatecas para evitar otra derrota y el Primer Jefe insistió en que sólo enviaría un contingente de cinco mil hombres.
Ante esta situación, Villa renunció a la jefatura de la División del Norte, sin embargo, los generales de la misma se negaron a aceptar la renuncia y avanzaron todos juntos hacia Zacatecas.

Rumbo a Zacatecas: un largo camino
Eran tan largos los convoyes militares de la División del Norte, que durante varios días caminaron hasta llegar a Zacatecas.
El general Francisco Villa se multiplicaba para manejar a más de veinte mil hombres, mientras el general Félipe Ángeles colocaba su artillería.

La Batalla de Zacatecas: un triunfo de la División del Norte
La estrategia militar de Felipe Ángeles, al mando de la artillería de la División del Norte, fue un factor esencial en el triunfo de la Batalla de Zacatecas. Esta victoria del Ejército Constitucionalista significó la derrota de Victoriano Huerta.

Álvaro Obregón, Francisco Villa y John J. Pershing: lo que un día fue no será
Después de la Batalla de Zacatecas, la ruptura entre villistas y carrancistas fue inminente. En agosto de 1914, el general Álvaro Obregón salió rumbo a Chihuahua para conferenciar con Francisco Villa y tratar el problema de la División del Norte con la Primera Jefatura, así como solucionar el conflicto surgido en Sonora, donde los villistas se habían posesionado de la plaza de Nogales al grito de ¡Viva Villa!
Al poco tiempo de hecha esta fotografía, Villa combatiría a Obregón en las batallas del Bajío y Pershing estaría al frente de la Expedición Punitiva.

Villa posa con los zapatistas: la convención de Aguascalientes
La Convención Revolucionaria se llevó a cabo en Aguascalientes, en octubre de 1914. Francisco Villa consideraba de suma importancia la presencia del Ejército Libertador del Sur en aquélla, por lo que envió a Felipe Ángeles a Morelos para invitar personalmente a los zapatistas.
En la fotografía se muestra la comitiva zapatista que asistió en compañía de Pancho Villa.


La entrada de villistas y zapatistas a la Ciudad de México: los convencionistas
El 6 de diciembre de 1914, el Ejército de la Convención, encabezado por Emiliano Zapata y Francisco Villa, desfiló por las calles de la Ciudad de México para tomar posesión del Palacio Nacional. En esta toma, vemos al general Felipe Ángeles en su paso por el zócalo de la capital.

Villa en la silla presidencial: la unión de zapatistas y villistas
El 6 de diciembre de 1914, el Ejército de la Convención Revolucionaria tomó posesión de Palacio Nacional. Mientras los generales tenían un momento de descanso, los fotógrafos aprovecharon la oportunidad para inmortalizar el momento en el que Pancho Villa se sentó en la silla presidencial. Reconocemos en la fotografía a los generales Tomás Urbina, Dolores Jiménez y Muro, Emiliano Zapata, Otilio Montaño y Rodolfo Fierro.

Villa rompe en llanto frente a la tumba de Madero: el último gesto de lealtad
El 8 de diciembre de 1914, en la Ciudad de México, Francisco Villa renombró la calle de Plateros con el de Francisco I. Madero. Ese mismo día visitó el sepulcro del Apóstol de la Democracia, donde el discurso pronunciado lo conmovió hasta las lágrimas.

El debilitamiento de la División del Norte: el repliegue de Villa
Durante abril y mayo de 1915, la fama de invencible, que por años acompañó a Pancho Villa, se desmoronó tras las derrotas sufridas en las batallas del Bajío, en las que sufrió una gran pérdida de hombres.
Las continuas derrotas obligaron al caudillo a replegarse con sus hombres en el norte del país.

Una salida de la precariedad: unirse a Pancho Villa
La búsqueda de una mejor forma de vida, en la que las riquezas se repartieran por igual, fue el motor que llevó a hombres y mujeres a sumarse a las filas de la Revolución, sin embargo, el hambre durante la lucha armada asoló a las brigadas, por lo que los villistas se alimentaron del ganado que encontraron a su paso.

Francisco (Pancho) Villa se busca: el ataque de Columbus
El 9 de marzo de 1916, Pancho Villa atacó por sorpresa el poblado de Columbus, Nuevo México. Sus acciones tenían como objetivo crear tensión entre Wilson y Carranza al desestabilizar las relaciones en la frontera.
Como consecuencia del ataque a Columbus, el gobierno estadounidense ofreció cinco mil dólares de recompensa por la captura de Pancho Villa.


Francisco Villa: Pláticas de rendición
La noticia de la rendición de Pancho Villa se había dado a conocer desde el 27 de julio de 1920. Para cubrir la nota, Gustavo Casasola Zapata se trasladó a Torreón, Coahuila, y se unió a la comitiva del general Eugenio Martínez para capturar aquellos momentos de rendición con su cámara.

Las pláticas de rendición: Los periodistas como intermediarios
El ingeniero Elías Torres fue pieza clave en la rendición de Francisco Villa, ya que fungió como intermediario entre el Centauro del Norte y el presidente Adolfo de la Huerta.
En esta fotografía, los observamos conversando en San Pedro de las Colonias.

Francisco Villa y Porfirio Ornelas: Camaradas hasta el final
Para Francisco Villa era importante pactar la paz, ya que sabía que de esa manera se aseguraría la tranquilidad del país. Por ello era necesario, dentro de lo acordado con el gobierno federal, que sus hombres estuvieran protegidos en el futuro, pues debían ser recompensados por su labor revolucionaria y fidelidad, debido a que no quería que regresaran a su triste situación anterior.
Porfirio Ornelas fue un leal compañero de lucha revolucionaria para Pancho Villa.

Francisco Villa y Eugenio Martínez: las largas charlas entre generales
En julio de 1920, el general Eugenio Martínez se trasladó a Sabinas, Coahuila, para acordar los términos de la rendición de Francisco Villa.
Para garantizar lo pactado y minimizar la desconfianza del Centauro del Norte, quien temía ser traicionado, se pidió una declaración pública en la que se manifestara la voluntad del Estado de respetar los acuerdos de rendición.




Tercer, cuarto y quinto acuerdo: El bienestar de los villistas
El tercer acuerdo fue que Francisco Villa tendría una escolta de cincuenta hombres de su confianza, que lo cuidaría y que sería pagada por la Secretaría de Guerra. El cuarto consistió en que todos los villistas recibirían por parte del gobierno un año de sueldo por su trabajo y que se les darían tierras propias para trabajarlas. El quinto acuerdo fue que si algunos villistas querían seguir combatiendo, entonces se podrían incorporar al Ejército Nacional.


Pancho Villa en Canutillo: el inicio de la vida privada
En agosto de 1920 Francisco Villa, junto con algunos de sus hombres, su esposa Luz Corral y sus hijos Agustín y Micaela, llegaron a la Hacienda Canutillo, ubicada al norte de Durango, la cual contaba con 83,436 hectáreas. La hacienda estaba en completo abandono, las casas en ruinas y los campos repletos de mala hierba, por lo que Villa tuvo que proyectar su reorganización para instalar a sus hombres y a sus familias, y que todos pudieran vivir de la agricultura.

Pancho Villa, de general revolucionario a estanciero: el reportaje de Gustavo Casasola
Los periodistas Elías Torres y Gustavo Casasola visitaron a Francisco Villa para conocer su nueva vida en la Hacienda Canutillo. El artículo “Pancho Villa, de general revolucionario a estanciero” se publicó el 29 de enero de 1921 en la revista argentina Caras y Caretas.



El Canutillo: La hacienda dedicada a la agricultura
En el reportaje de 1921, se mostró que una de las actividades principales de Canutillo era la agricultura dedicada al cultivo de frijol, trigo y maíz. En esta fotografía, podemos ver a Francisco Villa al frente del grupo de hombres que iban arando la tierra.


Pancho Villa, agricultor: Aquí ganamos todos
Pancho Villa tuvo la oportunidad de implementar su ideario político y social en Canutillo. Él tenía claro que las personas necesitaban tener resueltas sus necesidades básicas para entonces desarrollar su potencial. Por eso toda su gente vivía satisfecha, porque tenían tierras que trabajar y de las que obtenían ganancias.

Miguel Trillo: Un hombre de toda confianza
Francisco Villa siempre contaba con un secretario que le leía los periódicos y las cartas, y que le ayudaba a escribir lo que fuera necesario. Su último secretario fue Miguel Trillo, quien además era su amigo cercano y compadre. Trillo permaneció al lado de Villa hasta que ambos fueron asesinados en Parral, el 20 de julio de 1923.



Los logros de Canutillo: El orgullo de Villa
A Francisco Villa le interesaba que supieran que Canutillo contaba con su propia forma de gobierno y organización, con maquinaria que facilitaba las actividades de quienes vivían y trabajaban ahí, como los tractores y trilladoras para el campo, y un molino de nixtamal para la elaboración de tortillas.




Trabajo y educación: La solución a los problemas de México según Pancho Villa
Francisco Villa sabía que la educación constituía una de las soluciones a los problemas que tenía el país. Por eso, su principal interés en Canutillo fue que los niños estudiaran. Al poco tiempo de llegar a la hacienda, mandó construir una escuela que nombró en honor del militar que más admiró, Felipe Ángeles. En la escuela de Canutillo, los niños estudiaban de día, mientras que los adultos lo hacían por las noches.


Francisco Villa: Una fuerza útil, un cerebro dirigente, un estanciero laborioso
El final de la entrevista publicada en Caras y Caretas, de 1921, resume la noción que se tenía de Francisco Villa como hacendado: “Hombre de talento innegable. Pancho Villa es actualmente una fuerza útil, un cerebro dirigente, un estanciero laborioso.”

Francisco Villa: Agradecido con los periodistas
Pancho Villa leyó la entrevista que le hicieron Gustavo Casasola y Elías Torres en la revista Caras y Caretas, y le gustó tanto que le escribió una carta a Agustín Víctor Casasola para agradecerle el envío de la revista y reiterar las puertas abiertas de Canutillo para su hijo Gustavo.
«Ruégole decirle a su estimado hijo Gustavo, que cuándo tendré el gusto de verle nuevamente por esta su casa…»

Gustavo Casasola Zapata (1900 – 1982): Fotorreportero e historiador gráfico
“El autor de esta obra, Gustavo Casasola, tenía unas cuantas horas de haber llegado de Monterrey, después de haber asistido al jurado del general Pablo González, cuando su padre, don Agustín V. Casasola, lo envió a tomar fotografías de la rendición del general Francisco Villa, habiéndolo encontrado entre Sabinas y San Pedro de las Colonias, obteniendo un triunfo periodístico, con la ventaja de haber sido bien recibido por el Centauro del Norte”.
Testimonio de Gustavo Casasola Zapata vertido en la obra de su autoría, Historia Gráfica de la Revolución.
Acerca de Casasola México
Más de un siglo documentando la historia
Casasola y fotografía representan un matrimonio indisoluble en el imaginario de las y los mexicanos, esta unión centenaria se gestó a partir de la creación y el resguardo de las instantáneas que al tiempo se convertirían en la memoria gráfica de México: el Archivo Casasola.
La historia de esta historia gráfica comienza con Agustín Víctor Casasola, quien, desde la fundación de su agencia en 1911, comprendió que cada negativo que se creaba o transitaba por su agencia de fotoperiodismo era un fragmento de la historia que se construía día con día, pues la historia de la humanidad se escribe en el presente; por lo que asumió la responsabilidad de preservar esos negativos y esas impresiones para que en un futuro sirvieran como fuentes primarias para reconstruir la historia de los primeros años del siglo XX mexicano.
Si bien Agustín Víctor Casasola comenzó esta historia familiar, Gustavo Casasola Zapata, su primogénito siguió sus pasos: se convirtió en fotoperiodista y logró consolidar reportajes gráficos que sirvieron para informar día con día sobre los acontecimientos más importantes del país, mismos que actualmente son valiosas fuentes para el estudio y la construcción de nuestra historia. Unos ejemplos de estos reportajes son los realizados durante las Pláticas de Rendición de Pancho Villa y de la División del Norte en 1920, y el reportaje “Pancho Villa, de revolucionario a estanciero” publicada en enero de 1921 por la revista argentina Caras y caretas, la cual representa uno de los primeros reportajes que le dio visibilidad internacional a la “nueva vida” de Pancho Villa en su Hacienda El Canutillo.
Como fotógrafo, Gustavo Casasola Zapata, fue testigo del nacimiento de la enorme colección de negativos y fotografías que hoy en día conocemos como Archivo Casasola. No obstante, fue consciente que su resguardo no era suficiente para construir la historia gráfica de México, sino que era necesaria su difusión y divulgación, por lo que asumió las labores de editor y de autor para hilvanar una historia gráfica de México con todas esas fuentes y así, cristalizar aquel futuro que su padre había vislumbrado. A partir de este momento y, específicamente en 1942, con la publicación de la Historia Gráfica de la Revolución, Gustavo Casasola Zapata marcó el parteaguas que diferenció a los Casasola fotoperiodistas de los Casasola narradores de la historia mexicana en el siglo XX. Además de crear una fuente secundaria que ha sido referente en la historiografía gráfica mexicana durante todo el siglo XX.
Con esta publicación, la tradición familiar adquirió un nuevo eje rector: la difusión y la divulgación de la historia gráfica de México, de las que actualmente es responsable el segundo Gustavo: Gustavo Casasola Salamanca (hijo de Gustavo Casasola Zapata y nieto de Agustín Víctor Casasola), quien tomó de su padre la estafeta para dar continuidad a las narrativas de nuestra historia y que se vio consolidada y materializada con la edición de la magna colección Seis Siglos de Historia Gráfica de México.
Desde hace 71 años, con la primera publicación de sus fotografías en la revista Hoy de José Pagés Llergo, Gustavo Casasola Salamanca ha seguido la tradición familiar del fotoperiodismo; pero, principalmente, desde hace 63 años, con la creación de los pliegos de edición de las historias gráficas iniciadas por su padre, ha asumido el papel de protector, conservador y, principalmente, divulgador la historia gráfica de México.
Gustavo Casasola Salamanca, además de ser un gran lector y apasionado por la historia, es el depositario de una valiosa tradición oral que acompañó a una de las familias de fotoperiodistas más importantes de este país, la familia que capturó y resguardó las imágenes que son parte de la historia gráfica de nuestro país. Así pues, por historia de vida y mérito propio, Gustavo Casasola Salamanca es la voz viva de nuestra historia gráfica.
Este espacio rinde homenaje y agradecimiento a los Gustavos Casasola, padre e hijo, que han dedicado su vida, esfuerzo, país y tiempo a la recolección de fuentes que son piezas fundamentales para este gran rompecabezas que llamamos historia de México y por brindarnos la oportunidad de conocer de dónde venimos y quiénes somos los y las mexicanas, a partir de la creación estas obras pensadas para todo el público.
¡Gracias por ser los pioneros en la divulgación de la historia, esa tarea que es primordial para el pueblo mexicano!